En realidad comencé escribiendo este texto para quejarme de lo mal que me ha ido en la vida, Dios y yo nos hemos agarrado de la greña y ya se puede ver como me ha ido, contra un ser tan vengativo, belicoso y colérico como el Dios de los judíos no puede hacerse mucho así que he andado un buen trecho de tiempo de mi vida buscando uno algo así como hecho a mi medida, que me permita ir a conciertos donde se imite la voz de lucifer, que cuando se me antoje adorar a Tezcatlipoca o a los Pumas de la UNAM no se ponga celoso pero eso sí, que apoye mi aversión por San Judas Tadeo y el Reggaetón, que no crea en los políticos pero sí en las mujeres, en fín un Dios algo rockero pero tonto en el amor.
Cuando me di cuenta que estába describiéndome recordé aquella frase de Nietzsche donde nos dice que no importa si es cristiano, judío o musulmán “Dios está hecho a imagen y semejanza del hombre”.
¡Pero bueno!, antes que la proyección de mi conciencia religiosa corrija el orden de mis palabras y me impere hablar de mí mismo y no de Dios (que a estas alturas ya vendría siendo lo mismo), regreso al principio de este escrito, ya que escribía que me quejaría de lo mal que me ha ido en la vida, aunque después de un switch de perspectiva de dos párrafos (y espero que se haya captado el cambio de punto de vista), les contaré lo mal que me ha ido en la vida.
Recientemente terminé con la mujer que decía era el amor de mi vida, duramos mucho tiempo y qué triste que no se haya esforzado por mí al menos una pizca de lo que yo hice por ella, o más bien qué triste que no haya hecho yo una pizca más de lo que ya había hecho por ella para que ahora estuviera a mi lado, tal vez Dios así lo quiso, o más bien yo como ser supremo, proyector de películas.
El asunto es que como puede notarse cada vez me estoy dividiendo internamente, porque en lugar de fundirme con el cosmos, parece que yo mismo me estoy dividiendo en dos, porque una parte de mi ser me responsabiliza de todo, y la otra responsabiliza a los demás, ¿no es eso ya una forma de comunicación con el exterior?, ¡una comunicación bidireccional!, bien, no tengo por qué desmotivarme ahora.
Se nota demasiado que me cuesta abordar el tema sobre la responsabilidad de las cosas, pero ahí voy…..
Bueno al grano.
Llamemos al víctima Omar y al responsable Alonso.
Relato de una discusión interna.
– Omar nunca dije que fueras un irresponsable en tu forma de actuar, simplemente he querido darte a entender que todo lo que tienes ahora es gracias a lo que has construido tú mismo desde un principio, debes estar agradecido, pero por alguna razón siempre estás inconforme – Dijo Alonso haciendo todavía un esfuerzo por contener la desesperación, ya que Omar es un Tauro por Dios, un testarudo que no puede hacérsele cambiar de opinión si no es con una pizza o un abrazo.
– Pero si me acabas de decir que ahora mi mujer ya no está conmigo – Dijo Omar con unas cuantas lágrimas en los ojos – porque fue mi responsabilidad, entonces he sido irresponsable porque no es lo que yo hubiera querido.
Alonso ya había hecho un esfuerzo y estaba un poco cansado y decidió empezar a tomar todo de una manera sarcástica, ya era absolutamente necesario que liberara un poco de tensión, entonces empezó a decir:
– Mira Omar tú me puedes decir que eres un pobrecillo pero yo no me la creo, realmente donde ha habido una fuerte batalla todo este tiempo ha sido entre tu y yo. Si tú mujer no está contigo ahora es porque yo no he querido.
– ¡Y lo entiendo porque me lo has demostrado! – respondió un poco enojado Omar – cada que yo lograba estar bien con ella, me iba a ver tele, tú empezabas a reclarmarle cualquier cosa pura maldita estupidez, y cuando la hacías encabronar en serio ¡te largabas!, era cuando yo tenía que ir a llorarle a rogarle y tú, muriendo de la risa detrás de la puerta.
– ¡Claro! – Dijo Alonso – te veías realmente cómico tratando de articular una frase que le hiciera click en su mente para que te besara o al menos te diera un abrazo, y ¡caray!, hasta yo me daba cuenta que a tu mujer nunca le gustó que le rogaras, le daba tanta repugnancia verte débil y rogándole por un abrazo, como si fueras un limosnero, ¡Ese no era el Omar que ella quería!, de hecho te era infiel conmigo – Dijo Alonso en tono de broma.
– ¡Imbécil!
– Al menos yo no estaba de llorón
– Por que a tí te gustan las rubias, si ella fuera una de ellas el llorón serías tú y yo el “machito”
– ¡Pero venga que a ti te gustan las fuertes de carácter! por eso es que yo las hacía encabronar, porque sientes re bonito sometiéndote ¿no es verdad?.
– Ok lo admito, soy un poco débil – Dijo Omar ya un poco resignado y condescendiente ¡como de bendita costumbre!
– ¿Un poco?, pero si te pones de alfombra, ¿recuerdas porque terminaste tu última relación?
Omar casi escupe el agua que estaba tomando y dijo con descomposición facial:
– ¡Pues porque me enamoré de mi mujer!, quería estar con ella porque yo tengo derecho a ser feliz y a perseguir mis sueños de tener una familia, llegar a viejito con alguien y ser un bisuabuelo moribundo
Alonso lo miró con una sonrisa como la de un padre amoroso que oye los pretextos estúpidos de un hijo cuando el ya sabe toda la verdad sobre donde estuvo toda la noche.
– Omar, terminaste en una pequeña parte por eso, – dijo Alonso – pero cuánto tiempo te estuve diciendo que ¡eso no era relación!, que debías mostrarte un poco más de respeto y no dejar que te pisotearan, ¡Caray!, hasta yo que amo a los animales pisaría a un Leopardo si me lo regalaran para el piso de mi sala.
– Claro que no, fue por amor, porque otra vez creí en el amor.
Alonso soltó una carcajada que inmediatamente reprimió para no incomodar mucho a Omar, ya que aparte es un sentido que todo se toma muy personal.
– Mira Omar si dejaste a tu ex-esposa fue porque yo ya te lo había ordenado sólo era que tuvieras….
– ¿Una inspiración?
– No, alguien que te controlara todavía más, caray ¿Omar no te has dado cuenta?, hasta ahora no has podido llevar el control de tu vida y siempre te sientes a salvo cuando alguien lo lleva, ¡eres un flojonazo!, hasta eso quieres que hagan por ti toma ya tus decisiones compañerito y hazlo pronto porque no vas sólo en este barco, también están los pulmones, las piernas, los brazos y nuestro muy querido corazón – Parecía que Alonso perdía la paciencia – Te quejas de que tu ex esposa no te tomara importancia y ¿cuándo se la diste tú?.
– ¡Claro que le dí importancia, no la dejé sola con un hijo, le dí apoyo! – dijo Omar pero obviamente ni el creía en su argumento.
– No le diste la importancia, ni siquiera la fumabas
– No tenía que hacerlo me mintió miles de veces, nunca me tomó en serio
– ¿Y tú te tomaste en serio?, no me digas que tú te tomaste muy en serio cuando te decidiste casar y entregarle tu vida a alguien que ni conocías.
– ¡Bueno Dios lo hubiera querido así y yo fui un buen cristiano! tomé la decisión tomando en cuenta al supremo. – Dijo Omar como enorgulleciéndose de su bienhacer.
– ¡Lo ves!, una vez más Alonso tomaría la ventaja con este comentario – tú autoestima estaba por los suelos y ¿para qué te llevas entre las patas a una chavita de 20 años?
– Yo tenía 19 – aclaró Omar
– bien pero dime, ¿alguien qué le dice a Dios que decida por él porque el no tiene la capacidad, la fuerza, la decisión, ni siquiera el interés de hacer un antojo, ¡ya ni siquiera es el antojo sino tu vida.
– ¿Ok ya no me regañes qué quieres que haga?
– ¿Ves?, ¡No me preguntes, decide tú sobre tu vida!
– ¡Tomaré la decisión de mandarte al carajo! – Ya Omar se había molestado pero Alonso nunca pierde la esperanza de hacerlo entrar en razón.
– Me voy si quieres, pero no culpes a tu ex esposa de lo que te pasa por favor responsabilízate.
– ¿Ya ves?, te dije que te gustan las güeritas y te apuesto a que la siguiente vez que liguemos será con una de ellas – Dijo Omar recuperando el ánimo
– ¡Pero claro!, Roma y Grecia también alternaban su predominio, cresta y valle, rueda de la fortuna como quieras llamarlo, la serpiente se muerde la cola, la vida no gira en círculo sino en espiral, eso me queda claro pero ¿sabes qué es lo curioso?, y espero que ya te hayas dado cuenta.
– ¿Qué? – pareciera que Omar ya supiera lo que Alonso quería decir, una vez más estaban enfrascados en la misma situación, pero con un amor diferente.
– Que todo gira en torno a una mujer otra vez – Alonso lanzó un suspiro de resignación.
– Cierto pasé mucho tiempo pensando eso el otro día.
– ¿Y entonces?
– ¡Parece que el problema son las mujeres!, – Dijo Omar como si se le hubiera ocurrido una idea, aunque cada día se le ocurriera lo mismo unas mil veces – ahora entiendo que todos tenemos prioridades, para algunos es Dios, para otros la ciencia, para otros como yo, el tener una familia y estar a lado de una mujer, por eso entrego todo, todo este tiempo lo he sabido
– ¡Estás girando en círculos! – quiso corregir Alonso
– Espera déjame terminar la idea
– Es la misma, pero aún no te convences.
– Claro
– ¡La cuestión eres tú, mira hacia adentro, tal vez la amenaza de otros seres inteligentes no venga del espacio exterior sino de la profundidad de los mares! – Dijo Alonso en tono catedrático.
– ¡Uy si uy si!, – dijo Omar burlándose de Alonso – ya leí un libro de ficción científica de mil doscientas páginas y ya me siento un intelectual, ya me siento más que los demás y pienso que todo mundo es estúpido menos yo.
– ¡Para! – dijo tajante Alonso queriendo detener la burla.
– ¿Ya ves que no es muy grato que se burlen de tu forma de ser? – Dijo Omar – tú eres un maldito ególatra, siempre quieres tener la razón
– Bueno al menos déjame terminar la idea lo que quería decir …
Omar perdió la paciencia y dijo ya en un tono de hartazgo.
– ¡Ya sé que todo está dentro de mí!, pero recuerda no es fácil dejar de compensar mis carencias emocionales
– Más bien las reafirmas
– Como sea, todo mundo compensa algo, de hecho miles de cosas, por eso hay aviones, naves espaciales, barcos, programas informáticos, porque el ser humano compensa su indefensión contra la naturaleza, si no puede con la fobia de las arañas, menos con el miedo a un león, el hombre es débil, yo soy débil y gracias a mi debilidad he desarrollado inteligencia
– Yo soy el inteligente y tú el tonto – dijo Alonso
– ¡Claro!, la desarrollé en tí así que no me vengas con esas tonterías de que todos nuestros defectos son malos,
– No existe el bien y el mal
– Bueno que no son beneficiosos, bueno me cuesta tanto hablar sin meter bien y mal – dijo Omar
– Entiendo tu idea –
– Entonces por qué me interrumpes, te decía entonces que somos lo que somos gracias a eso
– Claro
– No me des el avión
– No de verdad estoy de acuerdo contigo
– ¡¡¡Entonces a que viene toda esta maldita discusión!!!
– ¿Eres Feliz?
Hubo un silencio mortal
– Quiero conocer a Dios – dijo Omar agotado, triste y desconsolado.
– No está en una mujer – Alonso puso su hombro en él.
De pronto una viejecilla pidiendo una moneda
– Disculpe
Y contestan ambos al unísono.
– ¿Diga?
y al mismo unísono piensan:
….